¡OH, FORTUNA!
¿Y tú, con qué sueñas?
Estoy buscando un libro. Veo
AMANDA, un sugerente nombre de mujer. He leído bellísimos párrafos y me
pregunto por qué este libro no está tan concurrido ¿Acaso posee algún oscuro
sortilegio que desconozco?¿ A qué le teme entonces la gente? Me acerco sin caer
en la cuenta de que no soy yo quien lo elige, es el propio libro el que me
escoge. “Todo viene a nosotros por algo “.
Amanda, en vano vino a tentarme,
salí ilesa porque nada aspiro ni deseo, amarla tampoco puedo. Se aleja y elige
a Raúl.
Que nadie se engañe, AMANDA es
una brevísima historia que encierra lo más grandioso y profundo de los valores
universales. Es una admirable síntesis del amplio despliegue de la literatura
de Goethe, que penetra suavemente en el espíritu de quien la lea.
Sólo una brillante inteligencia
podría realizar tal prodigio.
Los libros de Blanca Miosi me
conducen siempre hacia lo extraordinario y lo mágico. En esta ocasión recreará
la obra de Fausto, donde el enigma, ocultismo y la magia, estarán en conexión
con la música que suena imperecedera durante casi toda la novela.
“La música refleja estados de
ánimo, a la vez que los provoca, dejando uno muy especial en cada persona “.
“Amanda es ¡una mujer atractiva!
Amanda es ¡una dama !
Amanda es ¡misteriosa !
¿Quién era Amanda realmente?”
Amanda es mujer, y no. Nunca la
verás llorar, quizás estremecerse, disimular y vencer su desilusión. Parece
condenada a vagar. Es su sino, conquistar ofreciendo a los hombres cuanto
desean obtener haciendo que sus deseos se conviertan en realidad. Pero todo
tiene un precio. No es un regalo, es un trueque; una extraña fórmula. Y una vez
se cierra el pacto tiene lugar la aventura. Es una mujer o un objeto que no
puedes atrapar. Es la suerte la que te atrapa a ti.
“Ella lo había escogido a él… Él había caído en su trampa como un conejo…”
“Ella lo había escogido a él… Él había caído en su trampa como un conejo…”
Esta bella novela comienza con
Raúl, un hombre que tiene una gran insatisfacción con la vida, situándolo en el
final de una fascinante proyección cinematográfica en blanco y negro, narrada
pausadamente, con un profundo carácter psicológico.
Raúl es el más común de los
mortales, débil de espíritu e incapaz de ser feliz. No le importa la felicidad,
sino la trascendencia; es decir, la superioridad en cualquiera de sus aspectos,
y la inmortalidad.
“Él no esperaba nada del amor y
mucho menos buscaba la felicidad”.
El protagonista, anhelante,
deambula entre las sombras del cine, de la noche, y de su alma; hasta su
encuentro “fortuito” con Amanda. A Raúl sólo le interesan sus propios
beneficios y aceptará el acuerdo. Todos lo aceptan. Desencadena con Amanda una
pasión irrefrenable, un sendero de seducción y prosperidad económica. Empieza
poco a poco, a elevarse con una energía y una suerte casi mágica, antes
desconocida y absolutamente deliciosa. Tiene un acercamiento lo más parecido a
la felicidad efímera. Imagina que podría duplicar o triplicar lo que posee,
igual que su poder y satisfacción. Parece complicado, pero en realidad no lo
es. Sólo debía usar su voluntad para cambiar todo en su vida.
Raúl no es capaz de ser feliz
porque hay que ser honrado, no egoísta con las personas que te importan, como
los amigos que dan belleza a nuestras vidas y nos ayudan. Se quedará absolutamente
solo.
Veremos al protagonista,
descender peldaño a peldaño en un sufrimiento total de tragedia y de angustia.
No existe la esperanza para él, y lo acompañamos en su descenso a los
infiernos, al mundo de las sombras y las tinieblas, a los más profundos abismos
de la tierra. Raúl toca fondo.
“…Por primera vez era
consciente. Su escalera había terminado, había llegado al fondo, pisaba tierra
y no tenía nada que perder…”
No existe ascenso ni fuerzas
para iniciar una nueva vida, por eso opta por la resignación. Regresa al estado
caótico del que emergió, pero nunca estuvo más lúcido que ahora, cuando le
envuelven las sombras. Sucumbe ante la inútil búsqueda de la trascendencia que
sólo lleva a la autodestrucción. El alma hay que dejarla en paz.
AMANDA es un gran libro al que
accedí sin reservas. Encarna una filosofía y un mensaje de profundo
significado. Es muy creativo y te hace reflexionar; junto al Fausto, será una
novela que estará siempre vigente. Es una historia cargada de dramatismo y
espiritualidad, muy vinculada a lo exotérico.
El mundo de la magia no es un
mundo cerrado, por eso es una novela cíclica, envolvente, circular y en cierta
manera INFINITA.
Blanca, eres la directora de una
gran obra, va para ti mi más sincera ovación.
¡Bravo, Blanca!
Melodía…
Libros a la deriva…
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