Ella
era fea, de una fealdad impensable carente de entusiasmo. Con una nariz que
agravaba la fealdad rozando los límites de la desesperación. Se esforzaba pero
no tenía cura. Iba por la calle reconociéndose en las fealdades de los demás
como si se mirara frente a un espejo. Pero el amor…¡¡El amor puede surgir como
un relámpago!!
Arte: Dee Nickerson
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