sábado, 25 de octubre de 2014

EN UN RINCÓN DEL ALMA de Antonia J. Corrales.





 HAY COSAS TAN DIFÍCILES DE EXPLICAR QUE HAY QUE ESCRIBIRLAS

EN UN RINCÓN DEL ALMA es una combinación explosiva de sentimientos. Nos introduce en la vida de una mujer, de cualquier mujer, de muchas mujeres. Son sentimientos de tanta intensidad, que duelen.
Se adivina la voz de Jimena, la protagonista, mientras escribe como si leyera en voz alta todas sus confidencias. Una mujer que ha soportado mucho dolor, dolor de días y de noches grandes y redondas, de muchas heridas y mucho que aprender …
¿Era tan difícil? Sólo necesitaba que la escucharan, sólo eso. Que el mundo se detuviera, que no existiera más que unos ojos frente a los suyos, los de su madre, y que la colmara de atención. A las personas hay que mirarlas a los ojos, escucharlas. No hacía falta nada más. Pero era pedir demasiado.

Así, sin otro ajuar que sus libros, las intuiciones que surgen y un puñado de visiones, emprenderá una nueva vida: la vida de su matrimonio; invadido como su casa, de desidia, abandono, como una extensa nube de polvo y telarañas abarcándolo todo. Como su alma, atrapada, ignorante y hundida.


“Mientras él estiraba sus brazos intentando en cada luna rozar el cielo, a mí, las estrellas fugaces dejaron de concederme deseos”

Jimena ya no es, de tanto entregarse a los demás. Hasta que de repente, despierta y echa a correr.
Se puede correr hacia ninguna parte, hacia cualquier parte.

En un rincón del alma
















“¿Sabes que, contrariamente a lo que muchas personas piensan, el paraguas es un signo de protección muy fuerte?”

En un rincón del alma


Jimena, no está sola. Tiene un paraguas rojo y dos amigas entrañables, Remedios y Sheila. Tres mujeres de apariencia distinta, pero con iguales valores, que ellas convirtieron en verdaderas virtudes cuando su fuerza y amistad las elevaron de nivel hacia la generosidad, la confianza, la valentía.


“Poco a poco, nos convertimos en un trío inseparable, en los mentideros se nos apodó como las brujas de Eastwick”

Una unión y una amistad inquebrantable, a la que me sumo hasta que me arranquen el corazón y lo arrojen a las hogueras. Quiero sumarme a ellas, juntar las cabezas, elevar nuestros conjuros, desplegar los paraguas, conversar con las estrellas, intercambiar intuiciones, asomarnos a la noche y llorarla, reírla, desechar las tristezas, no resignarnos a la absoluta soledad y obsequiarnos con el regalo sagrado de la amistad.  


En un rincón del Alma

Las mujeres nunca duermen la noche, en cambio, los hombres, la roncan. (Odalys Interian)

Tenemos los paraguas, tenemos la protección; pero quién nos salvará de nosotras mismas, de la lluvia interior que brota incesante de nuestros ojos y nuestro corazón. Una lluvia que no es sino otra forma de llanto, que te abraza y te inunda.
Como también existen muchos tipos de violencia, la de los noticieros y la que sufre Jimena, una violencia, por supuesto, callada. Como calla silenciosa el alma de la mujer condenada a soportar el infortunio, la desdicha, los naufragios del amor y la tremenda soledad que se hospeda en los rincones de su propia alma, porque allí permanecen semiocultos, resguardados de las miradas ajenas, y las propias. En los rincones nadie repara, nadie busca, nadie sabe nunca qué se puede encontrar. En los rincones se van alojando los recuerdos de las ausencias que deja el amor tras su partida.

En un rincón del alma



EN UN RINCÓN DEL ALMA es una novela prodigiosa de gran sensibilidad. Toda la novela en sí es una poesía. Su autora posee un formidable manejo de las palabras, que te conducen a un fascinante acercamiento al mundo de la soledad interior y al amor. Nos enseña que la fantasía está en las personas corrientes, porque verdaderamente tienen algo especial; en ellas se encuentra a menudo la maravilla y la magia. Me embargó la emoción y la ternura. 
Es una obra sublime sobre el amor; por eso, mientras nos quede vida, seguiremos amando cada día. Porque sin el amor, no somos nada. Sin el amor, la vida no tiene sentido.

Gracias, Antonia, por mostrarme la cara mágica, la poética realidad del misterio de la infancia, el embrujo, las pupilas acuosas, las sonrisas fingidas, el abandono, el amor y la soledad que arrasa tras su paso.

Aun tengo el paraguas que me regalaste, mi paraguas, que me encantará conservar.
Besos de una mujer de agua.

En un rincón del alma

  
“No existe amor en paz. Siempre viene acompañado de agonías, éxtasis, alegrías intensas y tristezas profundas” (Paulo Coelho)


Su melodía …

                           

... libros a la deriva ...



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Si quieres saber más sobre Antonia Corrales, éste es su blog: Aquí



2 comentarios:

  1. lo describes tan maravillosamente bien que dan ganas de comprarlo

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    1. Me alegro de que te pasees por ésta tu casa.
      Yo no digo a nadie que compre, pero si pudiera te lo regalaría. Sí te envío un paraguas rojo, mi paraguas. Si alguna vez lo lees, lo entenderás.
      Besos de una mujer de agua, para otra mujer de agua !!!!!!!!!!

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