HAY COSAS TAN DIFÍCILES DE EXPLICAR QUE HAY QUE
ESCRIBIRLAS
EN UN RINCÓN DEL ALMA es una
combinación explosiva de sentimientos. Nos introduce en la vida de una mujer,
de cualquier mujer, de muchas mujeres. Son sentimientos de tanta intensidad,
que duelen.
Se adivina la voz de Jimena, la
protagonista, mientras escribe como si leyera en voz alta todas sus
confidencias. Una mujer que ha soportado mucho dolor, dolor de días y de noches
grandes y redondas, de muchas heridas y mucho que aprender …
¿Era tan difícil? Sólo
necesitaba que la escucharan, sólo eso. Que el mundo se detuviera, que no
existiera más que unos ojos frente a los suyos, los de su madre, y que la
colmara de atención. A las personas hay que mirarlas a los ojos, escucharlas.
No hacía falta nada más. Pero era pedir demasiado.
Así, sin otro ajuar que sus
libros, las intuiciones que surgen y un puñado de visiones, emprenderá una nueva
vida: la vida de su matrimonio; invadido como su casa, de desidia, abandono,
como una extensa nube de polvo y telarañas abarcándolo todo. Como su alma,
atrapada, ignorante y hundida.
“Mientras él estiraba sus brazos
intentando en cada luna rozar el cielo, a mí, las estrellas fugaces dejaron de
concederme deseos”
Jimena ya no es, de tanto
entregarse a los demás. Hasta que de repente, despierta y echa a correr.
Se puede correr hacia ninguna
parte, hacia cualquier parte.
“¿Sabes que, contrariamente a lo
que muchas personas piensan, el paraguas es un signo de protección muy fuerte?”
Jimena, no está sola. Tiene un
paraguas rojo y dos amigas entrañables, Remedios y Sheila. Tres mujeres de
apariencia distinta, pero con iguales valores, que ellas convirtieron en
verdaderas virtudes cuando su fuerza y amistad las elevaron de nivel hacia la
generosidad, la confianza, la valentía.
“Poco a poco, nos convertimos en
un trío inseparable, en los mentideros se nos apodó como las brujas de Eastwick”
Una unión y una amistad inquebrantable, a la que me sumo hasta que me arranquen el corazón y lo arrojen a las hogueras. Quiero sumarme a ellas, juntar las cabezas, elevar nuestros conjuros, desplegar los paraguas, conversar con las estrellas, intercambiar intuiciones, asomarnos a la noche y llorarla, reírla, desechar las tristezas, no resignarnos a la absoluta soledad y obsequiarnos con el regalo sagrado de la amistad.
Las mujeres nunca duermen la
noche, en cambio, los hombres, la roncan. (Odalys Interian)
Tenemos los paraguas, tenemos la
protección; pero quién nos salvará de nosotras mismas, de la lluvia interior
que brota incesante de nuestros ojos y nuestro corazón. Una lluvia que no es
sino otra forma de llanto, que te abraza y te inunda.
Como también existen muchos
tipos de violencia, la de los noticieros y la que sufre Jimena, una violencia,
por supuesto, callada. Como calla silenciosa el alma de la mujer condenada a
soportar el infortunio, la desdicha, los naufragios del amor y la tremenda
soledad que se hospeda en los rincones de su propia alma, porque allí
permanecen semiocultos, resguardados de las miradas ajenas, y las propias. En
los rincones nadie repara, nadie busca, nadie sabe nunca qué se puede
encontrar. En los rincones se van alojando los recuerdos de las ausencias que
deja el amor tras su partida.
EN UN RINCÓN DEL ALMA es una
novela prodigiosa de gran sensibilidad. Toda la novela en sí es una poesía. Su
autora posee un formidable manejo de las palabras, que te conducen a un
fascinante acercamiento al mundo de la soledad interior y al amor. Nos enseña
que la fantasía está en las personas corrientes, porque verdaderamente tienen
algo especial; en ellas se encuentra a menudo la maravilla y la magia. Me
embargó la emoción y la ternura.
Es una obra sublime sobre el
amor; por eso, mientras nos quede vida, seguiremos amando cada día. Porque sin
el amor, no somos nada. Sin el amor, la vida no tiene sentido.
Gracias, Antonia, por mostrarme
la cara mágica, la poética realidad del misterio de la infancia, el embrujo,
las pupilas acuosas, las sonrisas fingidas, el abandono, el amor y la soledad
que arrasa tras su paso.
Aun tengo el paraguas que me
regalaste, mi paraguas, que me encantará conservar.
Besos de una mujer de agua.
“No existe amor en paz. Siempre
viene acompañado de agonías, éxtasis, alegrías intensas y tristezas profundas”
(Paulo Coelho)
Su melodía …
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(puedes echar un vistazo a las primeras páginas)
Si quieres saber más sobre Antonia Corrales, éste es su blog: Aquí
lo describes tan maravillosamente bien que dan ganas de comprarlo
ResponderEliminarMe alegro de que te pasees por ésta tu casa.
EliminarYo no digo a nadie que compre, pero si pudiera te lo regalaría. Sí te envío un paraguas rojo, mi paraguas. Si alguna vez lo lees, lo entenderás.
Besos de una mujer de agua, para otra mujer de agua !!!!!!!!!!