¿SABREMOS RECONOCER EL CAMINO?
Desde el punto de vista budista,
la vida humana es un viaje hacia la evolución y liberación. Un viaje que puede
mejorar la vida de cualquier persona. Y ya nada volverá a ser igual.
La soledad viene a implantarse
sin ninguna piedad en las almas de los protagonistas de esta novela. La soledad
resultado del abandono de los otros y de sí mismos.
Tendrán que averiguar qué les
mueve a convertirse en seres tan faltos de pasión, tan indiferentes, tan
terriblemente melancólicos que no consiguen ver las cosas hermosas de la vida
que les rodea. Todo les produce una terrible desesperanza que no consiguen
evitar hasta que deciden empujados por los acontecimientos, iniciar un viaje
exploratorio a través de Tailandia y de sí mismos teniendo como hilo conductor,
la filosofía budista.
Cuando nos sucede algo, buscamos
refugio. Buscar refugio es intentar buscar protección contra el sufrimiento que
padecemos. Será a través de la meditación como consigan este extraordinario
cambio semejante a la propia muerte y resurrección.
Marc es un maestro de artes
marciales, posee su propia escuela en donde no sólo imparte clases sino que
intenta ayudar a sus alumnos en la búsqueda de sus propias identidades.
“Yo construyo almas fuertes y
muestro el camino de regreso a todas aquellas que se perdieron en la tristeza y
en el dolor”.
Pero Marc es un maestro que no
sabe como ayudarse a sí mismo hasta que de la mano de Carlota, una niña de once
años, comenzará a sacar lo mejor de sí, como si se tratase de un alumno
principiante. Los niños son en ocasiones los mejores maestros. Y es cuando a
veces, uno se da cuenta del minúsculo batir de alas…
Sara intenta en vano evadirse de
la soledad. Es una joven a la que la vida interior le ha golpeado y está
atravesando una difícil situación personal. Entra en la escuela de Marc con la
mirada fija en la práctica de este arte milenario como elemento salvador.
En esta novela se describe
armoniosamente el espíritu de una clase de artes marciales que servirá de nexo
para que profesores y alumnos consigan
“… todos ellos implicados en un
mismo objetivo: sentirse mejor”.
Carlota y Eric son dos niños que
están pasando un momento clave y doloroso, pero será esa especie de amor
fraternal lo que les hará despertar al tesoro que duerme dentro de ellos y despertarán
al hechizo de cuanto les rodea.
Los protagonistas de esta bellísima
novela son personas corrientes con sufrimientos y culpas. La meditación les
llevará de manera prodigiosa a despejar todas sus dudas y encontrar respuestas
a las preocupaciones que les atormentan.
Realizarán un ejercicio
individual y a veces solitario. Como la soledad vital que se aloja en el
espíritu de sus personajes.
Existe una aparente ruptura con
su vida cotidiana y la visita al templo será una fórmula para buscar la felicidad,
para recurrir a uno de los conocimientos más universales.
Realizarán un camino de constante
búsqueda y acercamiento a su propia conciencia como puertas que se abren al
autoconocimiento. El camino de todos ellos se unirá para dar consistencia a una
nueva vida inesperada.
Viaje a la felicidad es una
obra que invita a la reflexión, la exploración y la sanación. Está
perfectamente documentada con un punto de partida abrumador y nos ofrece la
posibilidad de una liberación.
Gracias Paloma Caral, por esta
novela que emociona y empatiza, que nos acerca a momentos íntimos y difíciles
que tarde o temprano terminarán… por marcharse.
Melodía…
…libros a la deriva…
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(Fotos encontradas en la red)
Muchísimas gracias, María José, por tan bellas palabras. Un comentario como el tuyo hace que todos los desvelos y todos los sinsabores de la literatura merezcan la pena. Un abrazo y reitero mi agradecimiento.
ResponderEliminarGracias a ti, Paloma, por tu comentario y tus novelas. Yo sólo trato de describir la belleza de tus palabras y esparcirlas. Un abrazo fuerte también para ti !!
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